¡Por el pleno empleo…de algunos!
Los más de 1000 trabajadores que se van a a quedar en la calle por el cierre de Garoña ya saben lo que tienen que hacer: aprender idiomas, pero no cualquier idioma, ¿eh?
Elentir, buffff… y tan corto que se quedó… porque lo de ahora es un esperpento, una especie de monstruo de Frankenstein autonosuyo…
Piru, ellos se quedarán sin trabajo y todos los demás con la necesidad de comprar más energía nuclear y más cara a Francia. Dice el preZi que la cierra porque era un compromiso electoral… ¿no lo era también el pleno empleo, reconvertido en objetivo, y se lo está pasando por el forro de las vergüenzas? Tremendo, de veras que es tremendo…
No consigo entender la razón por la que los idiomas son malos. Tampoco entiendo que se considere un castigo que existan y que se hablen. No entiendo que la gente que habla idiomas, y que ha dedicado el esfuerzo de estudiarlos durante cientos o miles de horas, sean vagos o chupen del bote. No entiendo porqué son objetivo de pelea política. Tengo claro que si leo el Génesis seguiré sin entender nada. Tengo claro que, con todo, el Génesis tiene más calidad literaria que «Las autonosuyas», un autentico bodrio. No entiendo que no haya otra cosa que leer.
Lo que un servidor no entiende, Jorge, es que si tú y yo hablamos una lengua común -independientemente de que hablemos otras cuántas, las mismas o diferentes- en la que nos entendemos a la perfección tengamos que pagar a una tercera persona (y una cuarta, y una quinta, y…) porque tú te empeñas en hablar en esquimal y yo en francés congolés…
Y más cuando tú yo estamos pelados de pasta y pedimos a otros que nos paguen a esas terceras personas…
Claro que si, me gustaría saber cual seria tu opinión si la lengua común fuese el catalán o el euskera. Detrás de esté repentino interés por la economía está claro que se esconde la egoísta obsesión castellana de barrer el catalán, para que los ignorantes que se regalan la imaginación con la idea de un imperio español que nunca existió puedan seguir haciéndolo, o tal vez para seguir explotando un par de comunidades autónomas para que las demás puedan seguir chupando del bote y puedan fingirse ofendidas cuanto alguien les recuerda su vagancia?
En fin, no notas como la realidad se flexiona al son de tus deseos?
Que no, aprendiz, que no. Que me atribuyes cosas que ni he dicho ni pienso. Si el idioma común de todos fuese el catalán o el vascuence un servidor lo aceptaría sin más historias.
Te pongo un ejemplo. He pasado 15 días en un curso en tu tierra, en Barcelona. Más del 50% de los que allí estaban no hablaban el español. ¿Qué idioma usamos todos? El inglés. En las conferencias y en las comidas, en los ratos de descanso y en los de cañeteo. Allí estábamos gente con unos 15 idiomas propios que el resto no entendían. ¿Hubiese sido más lógico contratar 15 traductores?
Fíjate que en Gn 11 la confusión lingüística es un castigo, mientras que aquí es una bendición. Sobre todo para quienes chupan del bote.
Un abrazo.
Ahí le has dado… es una bendición para aquellos que viven del cuento. ¿Para qué sirven los idiomas? Para entendernos, creo yo.
Si tú y yo hablamos un mismo idioma, ¿por qué empeñarnos en la incomunicación o la necesidad de un tercero para poder debatir?
Al final, Fernando Vizcaíno Casas se quedó corto al escribir «Las autonosuyas»…
¡Por el pleno empleo…de algunos!
Los más de 1000 trabajadores que se van a a quedar en la calle por el cierre de Garoña ya saben lo que tienen que hacer: aprender idiomas, pero no cualquier idioma, ¿eh?
Este gobierno sinceramente es más propio de una revista de humor.
Elentir, buffff… y tan corto que se quedó… porque lo de ahora es un esperpento, una especie de monstruo de Frankenstein autonosuyo…
Piru, ellos se quedarán sin trabajo y todos los demás con la necesidad de comprar más energía nuclear y más cara a Francia. Dice el preZi que la cierra porque era un compromiso electoral… ¿no lo era también el pleno empleo, reconvertido en objetivo, y se lo está pasando por el forro de las vergüenzas? Tremendo, de veras que es tremendo…
Daniel, de humor negro, añadiría yo…
No consigo entender la razón por la que los idiomas son malos. Tampoco entiendo que se considere un castigo que existan y que se hablen. No entiendo que la gente que habla idiomas, y que ha dedicado el esfuerzo de estudiarlos durante cientos o miles de horas, sean vagos o chupen del bote. No entiendo porqué son objetivo de pelea política. Tengo claro que si leo el Génesis seguiré sin entender nada. Tengo claro que, con todo, el Génesis tiene más calidad literaria que «Las autonosuyas», un autentico bodrio. No entiendo que no haya otra cosa que leer.
Lo que un servidor no entiende, Jorge, es que si tú y yo hablamos una lengua común -independientemente de que hablemos otras cuántas, las mismas o diferentes- en la que nos entendemos a la perfección tengamos que pagar a una tercera persona (y una cuarta, y una quinta, y…) porque tú te empeñas en hablar en esquimal y yo en francés congolés…
Y más cuando tú yo estamos pelados de pasta y pedimos a otros que nos paguen a esas terceras personas…
No sé si me explico…
Claro que si, me gustaría saber cual seria tu opinión si la lengua común fuese el catalán o el euskera. Detrás de esté repentino interés por la economía está claro que se esconde la egoísta obsesión castellana de barrer el catalán, para que los ignorantes que se regalan la imaginación con la idea de un imperio español que nunca existió puedan seguir haciéndolo, o tal vez para seguir explotando un par de comunidades autónomas para que las demás puedan seguir chupando del bote y puedan fingirse ofendidas cuanto alguien les recuerda su vagancia?
En fin, no notas como la realidad se flexiona al son de tus deseos?
Que no, aprendiz, que no. Que me atribuyes cosas que ni he dicho ni pienso. Si el idioma común de todos fuese el catalán o el vascuence un servidor lo aceptaría sin más historias.
Te pongo un ejemplo. He pasado 15 días en un curso en tu tierra, en Barcelona. Más del 50% de los que allí estaban no hablaban el español. ¿Qué idioma usamos todos? El inglés. En las conferencias y en las comidas, en los ratos de descanso y en los de cañeteo. Allí estábamos gente con unos 15 idiomas propios que el resto no entendían. ¿Hubiese sido más lógico contratar 15 traductores?
Y oiga, que nos entendimos a las mil maravillas…